Cierta condiciones de los vehículos pueden favorecer o
retrasar los efectos de la fatiga, destacaremos los aspectos ergonómicos, tanto
del asiento como del cuadro de mandos y el tablero de indicaciones. En este
sentido, los asientos han de ser lo suficientemente confortables como para no
sobrecargar ninguna zona de nuestro cuerpo con el tiempo de conducción, pero
ello sin llegar a favorecer la somnolencia.
Los mandos e indicadores, los estudios han demostrado de
manera clara cómo existen distintas disposiciones de estos elementos que
facilitan la conducción del vehículo, mientras que otras disposiciones podrían
favorecer la aparición de la fatiga, al dificultar las maniobras o entorpecer
el proceso de recogida de información.
La falta de ventilación en el interior del vehículo,
problemas de iluminación, el exceso de calefacción, la acumulación de humo de
cigarrillos o gases del tubo de escape, así como el excesivo ruido del motor,
las vibraciones o ciertos problemas en la dirección o suspensión, entre otros,
pueden llevarnos también con facilidad a una conducción bajo los efectos de la
fatiga.